Migrando

En geografías ajenas
desempolvo la física del no
con la delicadeza de la brocha de un arqueólogo
especialista en el acceso impedido.

Me tomo un coctel olfativo de basura hecha partícula,
polvo añejo que se pasea con un ritmo melalcohólico
y me congela hasta el cero absoluto de la voluntad:
imposibilidad de libertad y tiempo muerto.

Tal vez por eso no me atrevo a tocarte con el filo de mis dientes
y en vez descoso el vestido de tu noche con la tijera de mis pasos.