Turing

Desde hace un par de días que una idea en particular revolotea en mi cerebro. La cuestión es la inteligencia artificial. En particular, la idea de Turing.

La informática ha concentrado sus esfuerzos, en cuanto al desarrollo de la inteligencia artificial, en torno a un modelo que se aproxime a la “perfección” de las capacidades de la mente humana. Es decir, se quiere programar un autómata que sea indistinguible a un ser humano en una conversación dada. Pero la búsqueda de esa perfección es por definición inalcanzable por un ser humano. Así, el problema es querer imitar a la perfección algo que es esencialmente imperfecto.

La programación que pasaría la prueba de Turing tiene que ser imperfecta; tiene que vivir en un autómata que sea capaz de decir “no sé”, o que se equivoque “honestamente”, no porque esté programado para equivocarse. Tendría que ser capaz de decir “tengo frío” cuando hace calor, y proporcionar un argumento fenomenológico del orden de “siento la corriente por mi espalda, sé que hace calor, pero yo tengo frío.”