Llévelo (ejercicio)

Transcripción de la primera entrevista con el paciente 2505. El paciente llegó con un cuadro psicótico ocasionado por estrés.

Mi rezo es el “…te incluye lo que viene siendo…”, está bueno ese… Estoy un poco nervioso… ¿ya empezamos? –sí, ya. –Y entonces ¿qué, les cuento de mi…? –Sí, sí, como habíamos dicho, cuéntame de un día normal en tu vida.

Ah pues sí mira, yo vivo en las afueras del DF. Diario me levanto a las cinco para llagar al metro a las siete o siete y media. En el trayecto voy pensando en cuánta lana tengo que sacar para… pues para salir del pedo. El chiste es no pensar en todo eso que de todos modos vas a terminar haciendo, así que no pienso en la chamba sino en la lana.

Cuando llego a la estación más cercana, que está a hora y media de mi casa, checo que todo esté en orden con la máquina, conecto la bocina y pues me pierdo en los ríos de gente.

Yo me dedico a cazar los vagones más lleno, voy cazando a la gente que me puede comprar, y siempre pensando en la lana que dije que iba a ganar ese día.

¿El ruido? ¡No pos el ruido es lo que me da de comer! Y sí cala, no te voy a decir que no, pero cuando la bocina está a todo lo que da, se siente rico en la espalda. el pedo es que hace mucho calor; en días de mucho calor no se puede andar más de dos horas. Se marea uno. Otra cosa gacha es el estar repitiendo lo mismo a toda hora. Pero pues al fin, a todo se acostumbra uno ¿no? Después de un rato se vuelve automático. Yo ya tengo la suficiente práctica como para echar mi choro, mientras que veo quién va a comprar, cómo me le voy a acercar, y hasta me da tiempo de ver esas piernitas, ¿a poco no?

Ps si ver no cuesta nada… y oír tampoco pal caso.

¿Sabes qué también se extraña? El solecito. Llego de noche a la estación, salgo de noche y paso todo el día en el túnel. Casi siempre me aguanto el hambre hasta que llevo juntado la mitad de lo que había pensado en la mañana. Cuando lo logro, me salgo a comer afuera, de preferencia en alguna estación que tenga parque, o algún lugar así para sentarse y pues… ver el día ¿no? Porque está medio difícil viviendo de noche. Y sí, no se crea, los ojos y la piel lo extrañan al sol.

Pero sí, no, eh, ahora que lo pienso, el ruidero y la repetición de lo mismo son de lo que menos me preocupa, al chile pos es mi chamba ¿no? La neta. Me preocupa más que el que quema los discos nos vuelva a subir el precio; o que a los gandallas del barrio (porque eso sí, ahí la tira no se mete, pa que veas), que a los gandallas se les ocurra querer sacarnos más lana quesque para protección… ¿no?… sí no, al chile mi chamba es lo que menos me preocupa. Es una vida honesta que podría hacer hasta sordo. Eso sí, se camina un chingo…