Es un lunes vestido de viernes
y todos somos la misma persona:
una entidad que inventa caras-actrices
que titilan con el brillo adiposo
del aire recirculado.
Somos una manada
uniformemente disociada
de personalidades fragmentadas;
una cajetilla abandonada
en la intemperie solipsista,
desprovista del toque disfrazado de cigarro.
¿Tú qué guardas cuando vas a la oficina?