Con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia de la socialización no virtual, el diez de noviembre de 2113 se estableció, de manera obligatoria, un día a la semana sin aparatos electrónicos. La medida se instauró de manera inmediata y a nivel global. Surgió como respuesta a un declive constante en los números de la población a nivel mundial, y tras cincuenta años de negociaciones fallidas. Es la consecuencia de una población que se mantiene al borde de la extinción. El origen de la extinción no estaba en los aparatos electrónicos, pero con tal de no cambiar el sistema, la oligarquía estaba dispuesta a intentar cualquier cosa.