Algo le pasa al mar. Primero fue el color, como que lo fue perdiendo. Luego empezó a espesarse, a hacerse más viscoso. Era como si poco a poco se empezara a transformar en un líquido metálico más obscuro que el mercurio. Llegó a tal grado que la gente se empezó a preguntar si el fenómeno terminaría por solidificar los océanos.
Nadie sabe por qué o cómo, pero todo mundo está de acuerdo en que empezó con el color; o mejor dicho, la pérdida gradual del color. Como la pérdida se daba de manera gradual, la gente que vivía en las costas nunca se dio cuenta; tuvo que llegar gente de fuera para hacer la observación con base en sus memorias, pero para entonces ya era demasiado tarde. Cuando los científicos encontraron la correlación entre la ausencia de color y el decaimiento de la vida marina, ya todo estaba perdido. Los océanos no eran mas que mares de tonos grises y sin vida.
Pero ¿cómo perdió el color el mar? ¿Por qué afectó eso a la vida y qué tiene que ver con la densidad y viscosidad? Nadie lo sabe aún, pero a 250 años de los últimos reportes de avistamiento de vida marina, la teoría científica más aceptada es que el mundo se puso triste. Sí, así es. Las descripciones emocionales ahora son válidas en el discurso científico, y la tristeza ha sido la mejor explicación hasta ahora. La tristeza hizo que el planeta cambiara cosas a nivel molecular, de tal manera que todo se comportaba de la misma manera a nivel químico y funcional, pero era visualmente distinto. Hoy, 250 años después, la vida es en tonos de grises y no sabemos por qué. El mar nunca se solidificó, pero el resto de la naturaleza sí perdió también sus colores. ¿Se imaginan las flores o aves tropicales sin color? Es triste.