Category Archives: Liternaucia

El dolor del ruido

Ayer soñé, lo cual es extraño porque al dormir,
mi cerebro suele caer en un estado de hibernación
por el efecto invernadero que acontece en mis pulmones;
coma inducido.

Fue grato ver a la diosa, que curiosamente traía puesta una playera que decía “el dolor del ruido”. Es raro como trabajan los sueños. La leyenda en la playera es extraña, sin embargo la amiga no identificada que la acompañaba traía una idéntica.
Con esa frase me levanté. Me levanté con el dolor del ruido.

Sociedad Amnesia

En nuestra sociedad se ha perdido el sentido de la realidad. Vivimos una realidad fragmentada, desgarrada y esquizofrénica. En pocas palabras, vivimos sin vivir. Como decía Juana de Asbaje pero en plural; vivimos sin vivir en nosotros ni para nosotros. Vivimos de y para lo ajeno. Nuestros conceptos de valor, de propiedad y de calidad de vida se han desvirtuado a niveles tales que ya no somos seres humanos; ya no somos una especie. Esto se lo debemos al capitalismo y su apoteosis de la individualidad.

Consciencia y primos

No sé porqué andaba pensando en los números primos, y recordé que hay un premio millonario por demostrar, o al menos decir algo respecto a la densidad de dicho conjunto.

Según yo todo tiene mente. Pero estaba pensando que la expresión de la mente en los seres vivos tiene una forma particular. A saber, cierto grado de consciencia. Luego me puse a imaginar que la cardinalidad de los números primos podría ser usada para medir la cantidad de consciencias individuales en el universo.

Si el conjunto que contiene a los objetos en el universo tiene una cardinalidad numerable, la cardinalidad del conjunto que contiene a los números primos está dada por el número de consciencias individuales en el universo. Esto es porque las consciencias individuales no son divisibles salvo por 1 (por unicidad) y por sí mismas.

Rituales homínidos

¿De qué hablan?
¿A esto le llaman valores? Pues si sí, los valores que le asignan a sus rituales, me tienen sin cuidado. Son construcciones que ya no sirven. La honestidad, el amor, bla. A nadie le importa ya eso. Vivimos en un mundo en el que Dios es el dinero, y en el que mientras éste exista lo demás no importa. Por eso me dan asco sus rituales homínidos, homínidos. Porque se han olvidado qué es lo que hay detrás de esos rituales. Me dan asco.

Palabras

La palabra, como tinta sobre papel, no es sino una cuerda de símbolos. La palabra hablada es igual, pues no es sino una sucesión de sonidos. El truco es registrar las ideas que valen la pena y saber reconocerlas. Porque sin duda ahí están, pero es difícil capturarlas en el momento en el que ocurren. Al final está el trabajo, porque no hay idea genial que valga la pena si no se trabaja, esto es, no es la idea lo que vale, sino el trabajo que se le invierte al exponerla.

Dimensiones, fuerzas y categorías

Existimos en tres dimensiones espaciales y una temporal, pero además existen cuatro fuerzas fundamentales. La gravedad genera cambios y movimiento, y los sujetos en el universo experimentan esos cambios ¿cómo? Se comunican a través de los lenguajes fundamentales. Lo que propongo es plantear a los lenguajes (mate y arte) como dos “fuerzas” fundamentales que son inherentes a “la dimensión mental”.

También pensaba en el principio antrópico, el big bang, y el tiempo plank. Esto me interesa para poder hablar de una singularidad mental.

Tanto la matemática como el arte son accesibles a todo en el universo. Entonces, el hecho de que nos sean accesibles a nosotros no debería sorprendernos, como tampoco debería sorprendernos que describan al universo. Después de todo, son producto de esa singularidad mental.

Con el pampsiquismo medio justifico aquello del universo mental, en tanto que puedo utilizar el pampsiquismo como cuerpo axiomático, simplemente tengo que fijar los axiomas mismos. El punto clave está en encontrar cómo justificar el hecho de que el big bang más una dimensión mental, dan origen al movimiento; y que en consecuencia el movimiento implica cambio, a saber, de posición.

Mi problema actual con la axiomatización, es el brinco del cambio, a la experiencia del cambio, y es por eso que ando tan metido en la fenomenología.

Tal vez, lo único que necesito decir es “supongamos que el hecho de que todo cambie en el tiempo (tenga movimiento) implica que dicho objeto, más que ser un objeto, es un sujeto, pues está sujeto al cambio del movimiento, es decir, experimenta cambios.”

Lo importante es entender a todo aquello que está sujeto al tiempo como un sujeto. Es así como podemos de la relación esclavista/clasista/categorista “sujeto-objeto”. Ojo, pues en inglés no hay diferencia entre “ser sujeto” y “estar sujeto a”, de ahí que pueda ser una solución elegante. (ver nota en cuaderno TATE 17/1/12).

En el caso de que el big bang exista antes del espacio-tiempo (ojo tiempo plank), existen los eventos durante el tiempo plank, que en sí mismos son eventos, es decir son cambios de estados y de momentos; por lo tanto implican movimiento, cambios y fefenomenología. Esto es válido incluso si no existe una dimensión temporal, o incluso la espacial, pues este “momento” puede existir como una dimensión paralela al tiempo.

Alejandra

Traía puesta una bata, calcetines y unas chanclas. De pronto se me antojó caminar, así que salí.

Caminando encontré una fiesta y decidí entrar. Había dos de las mujeres más perfectas que me podía imaginar. Una era güera de ojos tímidos y entrecerrados, era tal vez su cualidad más atractiva, pues eran unos ojos orientales en un marco occidental. Una mujer de contrastes que combinan tanto como el atuendo que traía: un vestido negro con motivos dorados poco arriba de la rodilla y unas zapatillas griegas que se anudaban a la mitad de su pantorrilla. Alta y de proporciones perfectas.

Venía con una amiga morena igual de perfecta que ella. Tendría unos diez centímetros menos de altura y unos ojos verdes como el jade que brillaban por el contraste de su pelo tan negro que por momentos parecía brillar azul. Tenía una sonrisa coqueta y unas nalgas perfectas que nacían de piernas hechas en el torno de los dioses y que terminaban en unos pies perfectos. Describir lo que traía puesto es irrelevante. Ella misma era el espectáculo.

Cuando me vieron se rieron de mí y las confronté. Les pregunté que qué era lo gracioso ¿la bata, las chanclas, la combinación o simplemente yo? Nos reímos juntos y al poco tiempo nuestra elección en calzado hizo que coincidiéramos en que sería mejor irse. De pronto estábamos en un taxi de camino a mi casa. Chocamos.

Cuando desperté en sobresalto, me encontré con mi mamá apurándome para ir a la escuela. Me llamo Alejandra y tengo doce años.

El monólogo del universo

Si el Big Bang es un punto dentro de un evento cíclico, tal que existe una sucesión infinita de Big Bangs y Big Crunches, entonces el ciclo del universo es un esfuerzo consciente por romper con un monólogo que es inevitable. Explico.

El universo en que vivimos es una mente universal dislocada que inconscientemente busca unificarse. Sin embargo, lo curioso es que la ruptura, dislocación o mentalisis, es voluntaria. Es a propósito y es producto del aburrimiento; del monólogo eterno en el que caería si decide permanecer unida. Es ahí cuando ocurre el BB, mientras que el BC es la calma del cero absoluto.

Hay algo complicado: la mente.
Yo me la imagino como una tela que envuelve al átomo hipercomprimido que existía en los segundos antes del BB. Al explotar para crear lo que postulamos como el universo, la “tela” mental envolvió a todo lo que resultó de esa explosión.

Si todo en el universo tiene mente, la propiedad mental universal es el lenguaje. Además hay dos lenguajes universales: arte y matemáticas.

Para todo aquello que dividamos físicamente, o que categoricemos como algo distinto, hay una “tela” mental que lo abarca. Esto le da la capacidad de comunicarse con el resto de los objetos en el universo a través de estos lenguajes. Así también pueden percibir el paso del tiempo o su ubicación en el espacio. Esto aplica para todo en nuestro universo.