Detrito

El desorden de mis ideas es tan palpable
que me tropiezo con ellas
como si fueran muebles balanceados
sobre jarrones delicados.

Dejo que mi intelecto me trate como turista:
ajeno.
Me dejo no hacer, no escribir.
Soy detrito anímico
de amoniaco disonante.
Soy disidencia armónica.
Soy como respirar a través de una secadora de pelo…

Y tú. Si pudiera capturar tus movimientos con palabras
sería un carcelero con versos en cero absoluto.

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